Jonatan Lacerda se meció los cabellos tras fallar el penal, como si supiera que el yerro ante Enrique Palos pone al Atlas al borde del fondo de la tabla general.
De nada sirvieron las lágrimas del 'oriental' al final del encuentro, que tuvo un ligero consuelo de Arreola y el guardameta Pinto. El daño ya lo había causado.
Sin merecerlo, Atlas pudo rescatar un empate en su casa, pero incapaz de imponer condiciones, acumuló su quinta derrota en el torneo y tercera consecutiva. El abismo cada vez está más cerca.
El equipo de Romano no tiene idea, mucho menos una fortaleza digna de rescatar, un punto inquebrantable. Ni siquiera la motivación suficiente para levantarse.
En caso de que Monarcas obtenga un resultado positivo, Atlas amanecerá el lunes como último general, y los argumentos para mantener a Rubén Omar Romano al frente del Zorro son cada vez menos.
Los refuerzos que juegan, no marcan diferencia, otros ni siquiera son contemplados, como Gastón Puerari, que no salió de la banca.
En la primera mitad, Atlas fue carente de volumen de juego, sin capacidad de generar futbol y opciones en base a un dominio de la pelota y creación de jugadas.
Por su parte, Tigres, apegado al esquema que durante años le ha funcionado a Ricardo Ferreti, tuvo la formula para "vacunar" al Zorro en la primera parte.
Una sola opción clara frente a Miguel Pinto, bien capitalizada por el cuadro regiomontano, bastó para tomar la ventaja parcial.
Al 20', mediante una triangulación de Damián Álvarez con Héctor Mancilla, entró solo Damián y definió de derecha frente a Miguel Pinto, para ponerse en ventaja en el marcador.
De inmediato, la afición comenzó a manifestarse en el encuentro, al unirse la barra 51 en el grito: "jugadores, a ver si ponen huevos, que ya estamos cansados de malos resultados".
Las escasas opciones que tuvo, fueron producto de errores de Tigres en la salida, u oportunas recuperaciones en mitad de cancha.
Georgie Welcome, como único eje de ataque rojinegro, sigue sin ser un elemento capaz de marcar diferencia. La enjundia puesta en cada jugada no es suficiente en un equipo sin capacidad de convertir goles.
Para la segunda mitad, Atlas buscó con más ahínco que buen futbol el empate, y sin embargo, por momentos estuvo más cerca Tigres de marcar el segundo.
Héctor Mancilla, en una jugada dentro del área, perdió la opción de definir, minutos más adelante, Hugo Ayala estrelló un balón en el travesaño.
Sin embargo, luego de esas dos situaciones, Atlas mejoró ofensivamente con el ingreso de Mauricio Romero, en lugar del voluntarioso pero inoperante Georgie Welcome.
Y fue al 71', cuando Atlas tuvo una clara opción para empatar, tras el cobro de una falta que Hugo Ayala cometió justamente sobre Mauricio Romero.
El uruguayo Jonatan Lacerda fue quien pidió la pelota para patear el penal, pero su cobro fue raso, cargado apenas a la derecha de Enrique Palos, quien atajó el débil cobro.
Entonces, Atlas se desplomó anímicamente. Sin ese respaldo motivacional que pudo significar el empate parcial, los Rojinegros no encontraron la fórmula, y Tigres se sintió cómodo con el resultado.
Así transcurrió el encuentro, que como episodio final a esta tragicomedia tuvo la expulsión de Néstor Vidrio al 85', por una doble tarjeta amarilla. Así como al 90' para Efrén Mendoza, por una falta a las afueras del área, en una jugada manifiesta de gol.
Noche de contrastes al final de la jornada, pues con la victoria, Tigres alcanzó 13 puntos, y amanecerá este domingo como líder general, por el contrario, Atlas está al borde del fondo de la tabla general, con 4 puntos, pero lo peor, es que se acerca al fondo del abismo en la tabla porcentual.
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